UN PASEO POR EL RÍO

Hoy domingo ha salido un día soleado, después de comer y antes de que David fuera al fútbol con papá, hemos ido a dar un paseo por la ribera del Ebro.

Las conversaciones y ocurrencias han sido lo mejor del día.

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- Mamá, me gusta mucho ver el río Guadalquivir.
- Jajajaja, ¿qué dices? Este es el río Ebro.
- Ya lo sé mamá, era broma.
- ¡Pero si no sabes ni dónde está el río Guadalquivir!
- Sí, lo sé, porque me lo dijeron tus amigos que vinieron en tren. Ella me dijo que en Sevilla estaba el río Guadalquivir.
¡Se acuerda y eso ocurrió hace casi 2 años! ¡Qué memoria!

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- ¡Se está bien aquí, mamá! ¡Se parece al país de la tranquilidad!

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- Mamá, hacía mucho tiempo que no paseábamos por el río.
- Sí, es que ha llovido mucho y estaba todo inundado.
- Claro y ahora los patos ya pueden nadar tranquilos. El otro día llovía tanto que decían socorro.
- Jajajaja

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- Mamá, estoy un poco cansado porque el Ebro es muy grande y acaba muy lejos.
- Pues sí, pasa por Logroño, Zaragoza y llega hasta el mar Mediterráneo, cerca de Tarragona (por decirle un lugar familiar para él).
- Pues sí que es largo sí, porque yo he ido a Tarragona en tren y está lejos.

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Seguimos el paseo y le comentó que mamá ha tenido hoy mal día.
- No pasa nada mamá, hoy no es el mejor día de tu vida.
Hay un capítulo de Bob Esponja que se titula así "El mejor día de mi vida"
- Porque mamá ¿tú te acuerdas cuál es el mejor día de tu vida?
- Sí, cariño, el mejor día es el día que naciste tú.
- Hala, mamá, pues yo pensaba que era tu cumpleaños, porque el mejor día de mi vida es el día de mi cumpleaños.